Pequeñas huellas en mi...

lunes, 6 de junio de 2011

Y solo quiero vivir la vida...

No entiendo porque una simple mirada, un simple recuerdo, puede hacer que todas tus creencias hasta entonces se tambalean.

Una persona se crea unas convicciones que intenta cumplir siempre: no fumar, no caer dos veces en el mismo error, conseguir ser independiente... Pero en algún instante dejamos de aferrarnos a ellas, ya no las vemos como factibles, ya no son los guías de nuestro camino. Y te das cuenta de que fumar para ti es un placer más de la vida, que si caes dos veces en el mismo error es porque quizás era necesario y que ser esa persona independiente supone una contraposición con lo que ahora piensas, con lo que ahora supone enfrentarte al mundo sola...

Pero hay personas que no les gustan las ataduras, que quieren sentirse libres, sin que nadie condicione sus actos, sus pensamientos, sus locuras, no quieren atarse a nada que les pueda hacer ser débiles, que puedan hacer que caiga, que se sienta confundido por unos sentimientos que al final acaban por destruir a una de las partes.

¿Aunque existe la posibilidad de que una atadura no coaccione del todo la libertad? Quizás de momento disfruto sabiendo que de lo único que me tengo que preocupar es de saber que sigo siendo yo y de que el único factor destructivo serán mis únicas decisiones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario